El profesor del IESE, Pablo Fernández, junto a los investigadores asociados de está misma institución, José María Carabias y Lucía de Miguel, han publicado un estudio acerca de la evolución de la rentabilidad de los fondos de inversión en España durante el periodo que va desde 1991 a 2006.
En las conclusiones del estudio se menciona que cuando un inversor entrega su dinero a una gestora de fondos para que se lo gestione, espera obtener una rentabilidad superior a la que puede obtener él sin conocimientos especiales. Y, por ello, está dispuesto a pagar una comisión anual en algunos casos superior al 2%. Sin embargo, los datos indican que no todos los gestores se merecen las comisiones que cobran por su gestión.
Asimismo, señalan que en los últimos 5 y 10 años, la rentabilidad promedio de los fondos de inversión fue inferior a la inflación. Por otro lado, en los últimos 3, 5, 10 y 15 años, la rentabilidad promedio de los fondos fue menor que la rentabilidad de una inversión en bonos del Estado a 10 años.
A pesar de estos resultados, a finales de 2006, 8.819.809 inversores y partícipes tenían un patrimonio de 254.306 millones de euros en los 2.779 fondos de inversión que existían en España. En 2006 se lanzaron al mercado 246 nuevos fondos.
De los 649 fondos de inversión que tienen al menos 10 años de historia, sólo 23 han obtenido una rentabilidad superior al benchmark utilizado. Así, por ejemplo, sólo uno de los 43 fondos de Renta Variable Nacional con 10 años de historia, consiguió una rentabilidad superior a la del Índice Total de la Bolsa de Madrid (ITBM).
También indican en el estudio que si la rentabilidad de cada fondo de inversión en los últimos 5 años hubiera sido el benchmark de su categoría, la apreciación de dichos fondos en el periodo que va de 2002 a 2006 habría sido de 67.768 millones de euros, en lugar de los 28.013 millones de euros que realmente obtuvieron. El total de comisiones y gastos repercutidos en este periodo ascendió a 12.805 millones de euros. Los restantes 26.950 millones (67.768 - 28.013 – 12.805), se deben a comisiones ocultas y a las decisiones de inversión de los gestores.
No obstante, algunos fondos, aunque pocos, han sido muy rentables para sus partícipes y han justificado con su evolución las comisiones que cobran a sus partícipes.
Por último, los autores del estudio, indican que el resultado global de los fondos no justifica la discriminación fiscal a favor de los mismos. En todo caso, el Estado podría animar a invertir en algunos (pocos) fondos de inversión, pero no indiscriminadamente en cualquier fondo de inversión.
El estudio completo se puede descargar desde esta página.
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